Novena a Santo Domingo de Guzmán

Oraciones para cada día de la novena

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

Dios todopoderoso, que hiciste de Santo Domingo un testimonio vivo de la verdad y del amor, te rogamos nos concedas la gracia y la fuerza de seguir sus caminos, dejándonos guiar por Tu sabiduría que viene de lo alto. Haz que por su mediación sintamos en nosotros la urgencia de anunciar el Evangelio al mundo.

Haznos, Señor, vivir siempre en la esperanza y en la confianza de tu Santa Voluntad. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

SÉPTIMO DÍA

Activo en la Contemplación, contemplativo en la acción

Anuncia la salvación en Cristo Jesús. La de Domingo es una predicación llena de optimismo teológico. Este es un rasgo esencial de la espiritualidad y de la tradición dominicana. Los temas preferidos de Domingo son: la persona de Jesucristo, la Cruz que redime, la salvación, la gracia, el amor y la misericordia de Dios.

No es una predicación negativa, de anatemas, de amenazas, de preceptos morales. Esa predicación inhibe y paraliza, pero no convierte, no es capaz de engendrar la fe.

Al santo le interesa fomentar la experiencia de fe y confianza en la bondad de Dios. Es una predicación llena de esperanza, de buena noticia. La predicación del evangelio es liberadora: “Para ser libres os ha liberado Cristo”. Aviva la esperanza de pobres, pecadores, cautivos, herejes. Es una predicación profética, que ayuda a discernir en cada momento y en cada situación la voluntad de Dios y los caminos de Dios.

Este es un rasgo fundamental de la misión dominicana. La familia dominicana ha tomado hoy especial conciencia de que su misión debe ser una misión de fronteras.

Domingo predica sobre todo a aquellos que se encuentran en los márgenes de la sociedad (pobres y esclavos) y de la Iglesia (pecadores, herejes y paganos). “No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores” decía Jesús.

No anunciamos meras doctrinas o teorías que es preciso aprender, anunciamos vida, y por tanto hay que comenzar por mostrar en qué consiste la verdadera vida. El que anuncia el evangelio debe vivir pues conforme al Evangelio.

Domingo aprendió esto con la experiencia. Quiere imitar la vida apostólica, es decir, el estilo de vida de los Apóstoles: caminando a pie, sin oro ni plata, acompañado por otros que compartan su misión, itinerando de ciudad en ciudad, siguiendo a Cristo pobre. Así Domingo anuncia lo que él mismo está viviendo. Es la única forma de que le crean.

ORACIÓN FINAL

Santo Padre Domingo, llamado desde siempre “Luz de la Iglesia” y “Maestro de la Verdad”, con gran confianza nos dirigimos a ti. Intercede por los hombres, que encuentren en Cristo el modelo ideal del hombre nuevo, y en su Evangelio la luz que orienta en el camino de la vida. Por Cristo nuestro Señor. Amén.