En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Acto de Contrición:
Señor mío, Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre, Redentor mío, por ser vos quien sois, bondad infinita, y por que os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido, también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno. Animado con tu Divina Gracia, propongo firmemente nunca mas pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera impuesta, para el perdón de mis pecados. Amén.
CUARTO DÍA
La actitud de misericordia hacia el prójimo
Jesús: “Hija mía […] exijo de ti obras de misericordia que deben surgir del amor hacia Mí. Debes mostrar misericordia al prójimo siempre y en todas partes. No puedes dejar de hacerlo ni excusarte, ni justificarte. Te doy tres formas de ejercer misericordia al prójimo: la primera – la acción, la segunda – la palabra, la tercera – la oración. En estas tres formas está contenida la plenitud de la misericordia y es el testimonio indiscutible del amor hacia Mi. De este modo el alma alaba y adora Mi misericordia.” (Diario 742).
Santa Faustina: “Jesús mío, penétrame toda para que pueda reflejarte en toda mi vida. Divinízame de modo que mis acciones tengan el valor sobrenatural. Haz que tenga para cada alma, sin excepción, amor, compasión y misericordia. Oh Jesús mío, cada uno de Tus santos refleja en sí una de Tus virtudes, yo deseo reflejar Tu Corazón compasivo y lleno de misericordia, deseo glorificarlo. Que Tu misericordia, oh Jesús, quede impresa sobre mi corazón y mi alma como un sello y éste será mi signo distintivo en esta vida y en la otra. Glorificar Tu misericordia es la tarea exclusiva de mi vida.» (Diario 1242).
Oración: Santa Faustina, intercede por mí ante el Señor para que mi vida, también pueda transformarse en misericordia hacia el prójimo, y que pueda ejercerla a través de la palabra, la acción y la oración. Que mis ojos, oídos, boca, manos, pies y corazón, todo mi ser, sean misericordiosos.
Oración final para todos los días
Santa María Faustina, nos dijiste que tu misión continuaría después de tu muerte, y que no nos olvidarías (diario # 281, 1582). Nuestro Señor te concedió un gran privilegio cuando te dijo que distribuyeras las gracias como tú quisieras, a quien tú quisieras y cuando tú quisieras (diario # 31). Confiando en esta promesa, te pido tu intercesión por las gracias que necesito, especialmente por la conversión de todos los pecadores y (decir la intención personal).
Ayúdame, sobre todas las cosas, a confiar en Jesús como tú lo hiciste y así glorificar su Misericordia a cada instante de mi vida. Amén.
Se reza un Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
– Santa María Faustina, ruega por nosotros (tres veces…).