En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Acto de Contrición:
Señor mío, Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre, Redentor mío, por ser vos quien sois, bondad infinita, y por que os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido, también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno. Animado con tu Divina Gracia, propongo firmemente nunca mas pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera impuesta, para el perdón de mis pecados. Amén.
QUINTO DÍA
Proclamar el mensaje de la Misericordia
Jesús: “En el Antiguo Testamento enviaba a los profetas con truenos a Mi pueblo. Hoy te envío a ti a toda la humanidad con Mi misericordia. No quiero castigar a la humanidad doliente, sino que deseo sanarla, abrazarla a Mi Corazón misericordioso. Hago uso de los castigos cuando Me obligan a ello; Mi mano se resiste a tomar la espada de la justicia. Antes del día de la justicia envío el día de la misericordia.”(Diario 1588).
Santa Faustina: “Oh Dios mío, que Te adore todo lo que hay en mí, oh Creador y Señor mío, y con cada latido de mi corazón deseo glorificar Tu misericordia insondable. Deseo hablar a las almas de Tu bondad e invitarlas a confiar en Tu misericordia. Ésta es mi misión que Tú mismo me has confiado en ésta y en la vida futura.”(Diario 1325).
Oración: Siguiendo tu ejemplo, Santa Faustina, quiero anunciar al mundo el mensaje de la misericordia con el testimonio de mi vida y la palabra; para que pueda llegar a todos los pueblos de la tierra y llenar el corazón de la humanidad, de esperanza.
Oración final para todos los días
Santa María Faustina, nos dijiste que tu misión continuaría después de tu muerte, y que no nos olvidarías (diario # 281, 1582). Nuestro Señor te concedió un gran privilegio cuando te dijo que distribuyeras las gracias como tú quisieras, a quien tú quisieras y cuando tú quisieras (diario # 31). Confiando en esta promesa, te pido tu intercesión por las gracias que necesito, especialmente por la conversión de todos los pecadores y (decir la intención personal).
Ayúdame, sobre todas las cosas, a confiar en Jesús como tú lo hiciste y así glorificar su Misericordia a cada instante de mi vida. Amén.
Se reza un Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
– Santa María Faustina, ruega por nosotros (tres veces…).