Fiesta 18 y 19 de octubre
El Señor de los Milagros
Jesucristo, nuestro Señor, es venerado en Perú como «El Señor de los Milagros».
En la imagen aparece, en el centro, Jesús crucificado. Sobre la cruz, el Espíritu Santo y el Padre. A la derecha del Señor, Su santísima madre con su corazón traspasado por una lanza de dolor y a Su izquierda, el Apóstol San Juan.
Cada año se celebra la procesión del Señor de los Milagros. Las calles se visten de morado para celebrar al Señor que se entregó en la cruz por nosotros. Se le llama también el «Cristo Moreno» y el «Cristo de Pachacamilla».
Historia
En el siglo XVII la capital de Perú, Lima, aunque pequeña en comparación con los 7 millones que tiene en la actualidad, crecía por las inmigraciones, especialmente procedentes de las costas africanas. Entre los nuevos migrantes había cofradías que veneraban a diferentes santos.
A mediados de siglo, los negros de Angola se ubicaron en Pachacamilla (llamado así porque allí habían vivido indios del Pachacamac), y formaron una cofradía, para la que levantaron una edificación. Uno de los angoleños pintó en la pared la preciosa imagen de Cristo, en la que resalta no solo su gran artesanía sino también su expresiva capacidad catequética. Es la imagen que todos conocemos.
El 13 de noviembre de 1655, a las 2:45 de la tarde, un fuerte terremoto sacudió a Lima y Callao, haciendo caer muchos edificios y causando miles de muertos. Los angoleños, que eran ya muy pobres, se vieron muy afectados. Todas las paredes de su cofradía se cayeron. Sin embargo, en medio de la escena desastrosa, aparece el milagro: el muro de adobe con la imagen del Cristo permaneció en pie perfectamente preservada. Ante el desastre, los limeños hicieron muchas peticiones al Señor. Había una profunda conciencia de que habían pecado, y muchos pedían perdón.
Quince años más tarde, Antonio León, de la parroquia de San Sebastián, encontró la imagen del Señor en la pared abandonada y comenzó a venerarla. Ocurrió entonces otro milagro, pues Antonio, que sufría por un tumor maligno de terribles dolores de cabeza, fue sanado cuando se lo pidió a Cristo ante su imagen. Aquel milagro le fortaleció en su fe y propagó por todas partes aquel don divino. Pronto muchas personas acudían al Cristo milagroso. La mayoría de ellos eran negros y pobres. Se reunían los viernes por la noche a rezar y cantar ante el Señor.
Pero pronto comenzaron las dificultades. Aquellas reuniones atraían a toda clase de personas, aunque no todas venían por buenas razones. Las autoridades intervinieron para prohibirlas y mandaron a destruir la imagen de Cristo pintando sobre ella. La siniestra orden quiso llevarse a cabo en septiembre de 1671.
Cuando el pintor trató de cubrir la imagen, fue tanta la angustia y los temblores causados por la impresión, que no pudo hacerlo. Fue entonces que un soldado de Balcázar intentó aquel ultraje, pero tampoco logró hacerle daño a la imagen. El mismo soldado relató luego que, una vez frente a la imagen, vio que esta embellecía y que la corona se tornaba verde.
Las autoridades no se dieron por vencidas, pero el pueblo comenzó a protestar. Informado el Virrey de lo acontecido, decidió revocar la orden y más bien darle culto a la imagen. El 14 de septiembre de 1671, fiesta de la exaltación de la Cruz, se celebró la primera misa ante el Cristo de Pachacamilla.
Los peregrinos aumentaban continuamente y pronto se le llamó «El Santo Cristo de los Milagros o de las Maravillas». Pero las autoridades aún no respondían como debían ante Dios.
En octubre de 1687, un maremoto arrasó con el Callao y parte de Lima y derribó la capilla edificada en honor del Santo Cristo. ¡Solo quedó en pie la pared con la imagen! Ante aquel portento, decidieron confeccionar una copia al óleo de la imagen y que, por primera vez, saliera en procesión por las calles. La procesión se estableció para los días 18 y 19 de octubre de cada año.
HIMNO AL SEÑOR DE LOS MILAGROS
SEÑOR DE LOS MILAGROS,
AQUÍ VENIMOS EN PROSESIÓN
TUS FIELES DEVOTOS
A IMPLORAR TU BENDICIÓN.
FARO QUE GUÍA
A NUESTRAS ALMAS,
LA FE, ESPERANZA, LA CARIDAD Y
TU AMOR DIVINO
NOS ILUMINE,
NOS HAGA DIGNOS DE TU BONDAD.
CON PASO FIRME
DE BUEN CRISTIANO
HAGAMOS GRANDE NUESTRA FE,
Y UNIDOS TODOS
COMO UNA FUERZA,
TE SUPLICAMOS NOS DES
TU LUZ.
Oraciones para cada día: