Consagración total a Jesús a través de María

Primera Parte

El espíritu del mundo

INTRODUCCIÓN:

(Escúchala en audio aquí)
La fórmula de “Consagración Total a Jesús por María” de San Luís María Grignion de Monfort, no se debe tomar a la ligera. Esto queda probado por el hecho de que el mismo Santo aboga por una seria preparación, que consiste en doce días preliminares, para que el alma trate de vaciarse del espíritu del mundo, que es todo lo opuesto al Espíritu de Jesucristo. A estos, seguirán tres semanas de oración y meditación, durante las cuales el alma buscará un mejor conocimiento de sí misma (primera semana), de María (segunda semana) y de Jesucristo (tercera semana).

PRIMERA PARTE: DOCE DÍAS PRELIMINARES
TEMA: EL ESPÍRITU DEL MUNDO

Examina tu conciencia, reza, practica la renuncia a tu propia voluntad; mortificación, pureza de corazón. Esta pureza es la condición indispensable para contemplar a Dios en el cielo, verle en la tierra y conocerle a la luz de la fe.

La primera parte de la preparación se deberá emplear en vaciarse del espíritu del mundo, que es contrario al Espíritu de Jesucristo. El espíritu del mundo consiste, en esencia, en la negación del dominio supremo de Dios, negación que se manifiesta en la práctica del pecado y la desobediencia; por tanto, es totalmente opuesto al Espíritu de Jesucristo, que es también el de María.

Esto se manifiesta por la concupiscencia de la carne, por la concupiscencia de los ojos y por el orgullo como norma de vida, así como por la desobediencia a las leyes de Dios y el abuso de las cosas creadas. Sus obras son el pecado en todas sus formas, en consecuencia, todo aquello por lo cual el demonio nos lleva al pecado; obras que conducen al error y oscuridad de la mente y seducción y corrupción de la voluntad. Sus presunciones son el esplendor y las artimañas empleadas por el demonio para hacer que el pecado sea deleitoso en las personas, sitios y cosas.

ORACIONES

Deben repetirse los doce días, después de la lectura y meditación del texto correspondiente a cada día.

Ven Espíritu Creador

Ven, Espíritu Creador,
Visita las mentes de tus siervos,
Llena de celestiales gracias
Los corazones que Tú has creado

Tu, que eres llamado Paráclito, 
Don de Dios Altísimo, 
Fuente viva, fuego, amor
Y unción espiritual.

Tú que das tus siete dones, 
Eres el dedo o la fortaleza del Padre, 
Tu auténtica promesa del Padre,
Que inspiras lo que hemos de decir.

Enciende con tu luz nuestros sentidos, 
Infunde tu amor en nuestros corazones 
Fortaleciendo con perpetuo auxilio
La debilidad de nuestra carne

Aleja de nosotros al enemigo de nuestras almas,
Danos pronto la paz del corazón,
Y puestos bajo tu guía,
Evitaremos todo mal.

Haz que por Ti conozcamos al Padre
Y conozcamos también al Hijo
Y por Ti, que procedes de ambos,
Creamos en todo tiempo.

A Dios Padre sea la gloria
Y al Hijo que resucitó entre los muertos
Y al Paráclito, por los siglos de los siglos. Amén

Salve Estrella del Mar

Salve Estrella del mar,
Madre, que diste a luz a Dios,
Quedando perpetuamente Virgen,
Feliz puerta del cielo.

Pues recibiste aquel Ave
De labios de Gabriel,
Ciméntanos en la paz,
Trocando el nombre de Eva.

Suelta las prisiones a los reos,
Da luz a los ciegos,
Ahuyenta nuestros males,
Recábanos todos los bienes.

Muestra que eres Madre,
Reciba por tu mediación nuestras plegarias
El que nacido por nosotros,
Se dignó ser tuyo.

Virgen singular,
Sobre todos suave,
Haz que libres de culpas,
Seamos suaves y castos.

Danos una vida pura,
Prepara una senda segura,
Para que, viendo a Jesús
Eternamente nos gocemos.

Gloria sea a Dios Padre,
Loor a Cristo Altísimo,
A los tres un solo honor. Amén.

Magníficat

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
Se alegra mi espíritu en Dios, mi Salvador,
Porque ha mirado la humildad de su esclava.Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
Porque el Poderoso ha hecho obras grandes en mí.
Su Nombre es Santo.

Y su Misericordia llega a sus fieles
De generación en generación
Sobre los que le temen

Él hace proezas con su brazo
Dispersa a los soberbios de corazón
Derriba del trono a los poderosos
Y enaltece a los humildes
A los hambrientos los colma de bienes
Y a los ricos los despide vacíos

Auxilia a Israel su siervo
Acordándose de su misericordia
Como lo había prometido a nuestros padres
En favor de Abraham y su descendencia
Para siempre.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
Como era en el principio, ahora y siempre,
Por los siglos de los siglos Amén.