ACTO DE CONTRICIÓN
Dios mío y Padre mío, que sois infinitamente bueno, os amo con todo mi corazón, y por lo mucho que os amo, me pesa de haberos ofendido.
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
Omnipotente y sempiterno Dios, que quisisteis restaurar en vuestro querido Hijo, Rey del Universo, todas las cosas, concédenos que todas las familias de las Gentes disgregadas por la herida del pecado se sometan a su suavísimo imperio. Que con Vos y el Espíritu Santo vive y reina Dios por todos los siglos de los siglos. Amén.
SÉPTIMO DÍA
«Señor, acuérdate de mí cuando vengas a tu reino. En verdad te digo que hoy mismo estarás conmigo en el paraíso.»
Quisiéramos, Señor, presentarte en el día de tu fiesta los corazones de todos los hombres rendidos a tu amor. Pero mira, Rey nuestro, cuántos millones de ellos están envueltos en las tinieblas de la muerte y del pecado y no te conocen. Por ellos te pedimos nosotros que tenemos la dicha de conocer tu Corazón, todo misericordia. Señor, acuérdate de ellos cuando estés en tu Reino. Haznos Señor oír: «pronto, muy pronto estarán conmigo en el paraíso». Amén.
Obsequio. Actos de fe, esperanza y caridad.
Uniendo mi corazón al Corazón de Cristo Rey y mis intenciones a las suyas, rezaré: Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Eterno Padre, derrama tus misericordias sobre toda la tierra, reino de tu Hijo Jesús. Amén.
¡Oh Cristo Rey!, establece tu paz en tu reino. Amén.
Espíritu Santo, abrasa al mundo en tu purísima y ardiente amor. Amén.
Madre querida, une cada vez más y más a tu Hijo Divino, todo misericordia, con tus hijos, todo miseria. Amén.
San José, enséñanos a amar a Jesús y a María. Amén.