Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Acto de Contrición para todos los días

¡Señor mío, Jesucristo!
Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido, pero también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno.
Ayudado de vuestra divina gracia, propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.

Oración para todos los días

Gloriosísimo Padre y Patriarca San Ignacio, fundador de la Compañía de Jesús y Padre amantísimo, si es para mayor gloria de Dios, honor vuestro y provecho de mi alma que yo consiga la gracia que os pido en esta novena, alcanzadla del Señor; y si no, ordenad mi petición con todos mis pensamientos, palabras y obras a lo que fue siempre el blasón de vuestras heroicas empresas, para mayor gloria de Dios.

Primer día: Por una fe vivísima de vuestros divinos misterios

Jesús mío dulcísimo, que nos revelaste los misterios sagrados de vuestra fe, y por vuestra predicación deseasteis plantarla en los corazones humanos como raíz de todas las buenas obras y de la eterna salvación; os ofrezco los merecimientos de mi glorioso Padre San Ignacio, y singularmente los de su iluminada fe, con la cual creería cuantos misterios están escritos en las santas Escrituras, aunque se perdiesen todos los libros sagrados, y de la cual animado la defendió contra los herejes, la dilató entre los gentiles y la avivó entre los católicos. Os suplico, Padre amantísimo de mi alma, me deis una fe vivísima de vuestros divinos misterios que me ilustre para creerlos y estimarlos como verdadero hijo de la Santa Iglesia con fervorosas obras de perfecto cristiano y me concedáis la gracia que os pido en esta novena, si es para mayor gloria de Dios, honor del Santo y bien de mi alma. Amén.

Tres Padrenuestros y Avemarías

Oración final

Oh Dios, que para propagar la mayor gloria de tu nombre, has fortalecido por medio de San Ignacio a la Iglesia militante con un nuevo auxilio, concédenos que con su ayuda y a imitación suya peleemos en la Tierra hasta conseguir ser coronados con él en el cielo. Por Cristo nuestro Señor. Amén