Sitio de Jericó 2024

No importa cuántas murallas debamos derrumbar, qué tan débiles nos sintamos ni qué tan temibles o indestructibles se nos presenten esas paredes: la oración y el sacrificio nos permitirán permanecer unidos a Dios Todopoderoso y Eterno, para derribar con Él los muros de tinieblas y desesperanza, y construir, con la Gracia y el Poder de Dios, grandes fortalezas, cimentadas en la FE. “¿Qué más podemos decir? Si Dios está con nosotros, quién estará contra nosotros? (Rom 8,31)

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II) Descarga las intenciones de este Sitio de Jericó (HACIENDO CLICK AQUÍ)

ORIGEN DEL JERICÓ. Explicaciones geográficas, históricas, espirituales

 1.- La ciudad de Jericó:

Jericó es una ciudad de Palestina, situada en las orillas del río Jordán. Está ubicada al pie de las colinas que conducen a la región montañosa de Judá, a unos 8 Km. de la costa, al norte del Mar Muerto.

Fue construida en una zona de depresión geográfica, a unos 240 metros por debajo del nivel del Mar Mediterráneo; aproximadamente a 27 kilómetros al noreste de lo que luego sería la ciudad de Jerusalén.

Con un agradable clima tropical, la ciudad de Jericó estaba ya desde tiempos del Antiguo Testamento repleta de palmeras, balsameras, alheñas, sicómoros e higueras (Cfr. Cantar 1,14; Lc 19,2.4), y según se sabe, sus rosas eran consideradas excepcionalmente bellas (Cfr. Eclesiástico 24,14).

Los hallazgos arqueológicos muestran que Jericó se edificó originalmente hace más de diez mil años, y la ciencia ha permitido constatar que, desde los tiempos prehistóricos, hubo tres asentamientos humanos distintos, cercanos a la localización actual de esa ciudad en Cisjordania.

Jericó es mencionada varias decenas de veces en las Sagradas Escrituras, y fue una importante ciudad del Valle del Jordán, en la ribera occidental de ese río. En una época, fue conocida como “la Ciudad de las Palmeras”, que es como se la menciona en el libro del Deuteronomio (Cfr. Deut 34,3) y en el de Jueces (Jue 3,13).

Pero la primera vez que se habla de Jericó en la Biblia es en relación con el campamento de los israelitas en Sitim, donde se realizó un censo y se prepararon los ejércitos judíos, en vistas a la conquista de las tierras en las que se asentarían, luego de 40 años de peregrinar por el desierto. (Núm 22,1 y 26,3).

Por el libro del Deuteronomio (Deut 34,1-5) sabemos que fue frente a la ciudad de Jericó que Moisés murió, dejando como su sucesor a Josué, para guiar al pueblo hebreo. Allí leemos lo siguiente:

«Moisés subió del llano estéril de Moab al cerro de Nebo, a la cumbre de Pisga, frente a Jericó, y Yahvé le mostró toda la Tierra: de Galaad hasta Dan, todo Neftalí, la tierra de Efraím y de Manasés, toda la tierra de Judá, hasta el mar occidental, el Negueb, la llanura, el valle de Jericó, ‘ciudad de las Palmeras’, hasta Soar.

Y le dijo Yahvé: ‘Esta es la tierra que prometí a Abrahán, a Isaac y a Jacob, y juré que se la daría a su descendencia. Dejo que la veas con tus propios ojos, pero no entrarás en ella’. Allí murió Moisés, siervo de Yahvé, en el país de Moab, conforme Yahvé lo había dispuesto.» 

Palabra de Dios             /              Te alabamos Señor

2.- El Sitio de Jericó y la caída de sus murallas (Resumen del relato bíblico JOS 6,1-20)

La situación de Jericó, ciudad altamente fortificada, le daba el dominio del bajo Jordán y de todos los pasos que llevaban a los montes occidentales. Por lo tanto, la única manera de que los israelitas pudieran avanzar hacia el interior de Canaán (su “Tierra Prometida”) era tomando la ciudad de Jericó.

Por eso Josué envió a dos espías, para que reconocieran la ciudad (Jos 2,1-24), el pueblo atravesó milagrosamente el Jordán en seco y plantaron sus tiendas frente a las murallas.

Por orden de Dios, los soldados y los sacerdotes, llevando el Arca de la Alianza, fueron dando vueltas alrededor del muro que circundaba la ciudad, una vez por día, durante seis días consecutivos. Siete sacerdotes precedían el Arca, tocando siete trompetas de cuernos de carnero.

El séptimo día, conforme al mandato de Yahvé, sacerdotes y soldados dieron siete veces la vuelta a Jericó, y al final de la séptima vuelta, mientras resonaba el toque prolongado de las trompetas, el ejército rompió en un fuerte clamor. Inmediatamente las murallas se derrumbaron, y los israelitas pudieron ingresar en la ciudad. 

3.- Las Murallas de Jericó (según la Arqueología):

Existen muestras arqueológicas de una pared que estaba construida alrededor de la ciudad de Jericó. Ésta estaba hecha de adobe, pero tenía un revestimiento externo de piedra.

Las evidencias muestran la muralla que habría sido destruida entre el siglo XVI y el siglo XV antes de Cristo. La secuencia y las fechas exactas de estos restos son muy difíciles de establecer, y naturalmente el tema es muy controvertido y polémico, por sus implicancias religiosas.

La destrucción de las Murallas de Jericó data, a ciencia cierta, del período denominado como “Bronce Medio” (una vasta época que comprende entre el año 1600 y el 1200 a. C.). Los descubrimientos invitan a pensar que la destrucción se debió a un terrible “terremoto”, por el estudio de un estrato arqueológico quemado, denominado “Destrucción Ciudad IV”.

Obviamente, existen discusiones acerca de si dicha destrucción corresponde a la descrita en la Biblia o no. Pero es difícil pensar que semejante fortaleza se hubiese venido abajo por obra de un simple ataque militar, habida cuenta de que los ejércitos hebreos no tenían ni catapultas ni cañones.

De acuerdo con el relato bíblico, los israelitas ingresaron a la ciudad y la destruyeron después de que sus murallas cayeran milagrosamente, alrededor del año 1407 a. C. Las excavaciones del arqueólogo John Garstang, realizadas entre 1930 y 1936, datan la destrucción de Jericó hacia el año 1400 a. C., pero las excavaciones de Kathleen Kenyon, realizadas en 1950, la fecharon hacia el año 1550 a. C.

Por su parte, el arqueólogo Bryant G. Wood, criticó el trabajo de Kenyon, después de analizar detenidamente sus “notas de campo”. Wood observó ambigüedades en las investigaciones y realizó pruebas con el carbono 14 en el estrato quemado, las mismas que le dieron como resultado el año 1410 a. C.,​ con unos 40 años de margen de error. En tal sentido, hacia 1999 Wood confirmó las conclusiones a las que había llegado Garstang en los años ‘30, por lo que la fecha de la caída del muro y la destrucción de Jericó coincidirían con las de la narración bíblica.

Los hallazgos arqueológicos de esta capa de destrucción son verdaderamente sorprendentes, y muchos de ellos (como el descubrimiento de un pequeño sector de la ciudad que no se destruyó, o la existencia de granos de cereal intactos en algunas vasijas encontradas, y otros tantos hallazgos que no es oportuno mencionar en este documento, para no extenderlo ya demasiado) vienen a confirmar variados aspectos del relato bíblico, que leeremos a continuación.

4.- La conquista y la caída de las murallas de Jericó (Copia textual de la Sagrada Biblia)

4.1 La conquista de Jericó (Josué 6, 1-16.20)

«1 La ciudad de Jericó estaba cerrada por miedo a los israelitas; la habían cerrado y nadie salía ni entraba.  2 Yahvé dijo a Josué: «¡Mira! Pongo a Jericó en tus manos con su rey y sus mejores soldados. 3 Ustedes los hombres de guerra van a dar una vuelta completa a la ciudad y harán lo mismo cada día durante seis días.  4 Siete sacerdotes llevarán las siete trompetas de los jubileos delante del Arca. El séptimo día darán siete vueltas a la ciudad, luego los sacerdotes tocarán la trompeta. 5 Cuando el sonido del cuerno de carnero se prolongue, todo el mundo lanzará el grito de guerra. Entonces se derrumbará la muralla de la ciudad y todo el pueblo se lanzará al asalto, cada uno por el lugar que tenga al frente».

6 Josué, hijo de Nun, reunió pues a los sacerdotes y les dijo: “Llevarán el Arca de la Alianza, y siete sacerdotes llevarán las siete trompetas de los jubileos delante del Arca de Yahvé”. 7 Luego volviéndose al pueblo, le dijo: “Pasen y den una vuelta completa a la ciudad; los hombres armados irán delante de Yahvé”.

8 Cuando Josué hubo hablado al pueblo, los siete sacerdotes que llevaban las siete trompetas de los jubileos delante de Yahvé, pasaron e hicieron sonar cada uno su trompeta; el Arca de la Alianza de Yahvé iba detrás de ellos. 9 Los hombres armados iban delante de los sacerdotes que tocaban la trompeta, y la retaguardia caminaba detrás del Arca. Se avanzaba al son de trompetas. 10 Josué había dado al pueblo esta orden: “¡No lancen el grito de guerra! Que no se les oiga hasta cuando les diga: ¡Griten! Entonces lanzarán el grito de guerra”.

4.2 Procesión alrededor de Jericó.

11 El Arca de la Alianza caminó alrededor de la ciudad. Dio una vuelta completa alrededor de ella y luego regresaron al campamento donde pasaron la noche. 12 Josué se levantó muy temprano y los sacerdotes tomaron el Arca de Yahvé. 13 Los siete sacerdotes que llevaban las siete trompetas delante del Arca de Yahvé se pusieron en camino y tocaron la trompeta. Los hombres armados iban delante de ellos y la retaguardia seguía al Arca de Yahvé. Se avanzaba al son de trompetas.

14 El segundo día se dio de nuevo una vuelta entera a la ciudad y luego regresaron al campamento y así se hizo durante seis días. 15 El séptimo día, cuando despuntaba el alba, se dieron siete vueltas alrededor de la ciudad.  16 A la séptima vez, cuando los sacerdotes tocaban la trompeta, Josué dijo al pueblo: “¡Lancen el grito de guerra! ¡Yahvé les entrega la ciudad!”

(…) 20 El pueblo lanzó entonces el grito de guerra y resonó la trompeta. Apenas oyó el pueblo el sonido de la trompeta, lanzó el gran grito de guerra y la muralla se derrumbó. El pueblo entró en la ciudad, cada uno por el lugar que tenía al frente y se apoderaron de la ciudad…»

Palabra de Dios             /              Te alabamos Señor

5.- El Sitio de Jericó como un recurso de nuestra Fe hoy (Historia de sus inicios)

En el mes de noviembre de 1978, pocos días después del cónclave que lo había llevado al Trono de Pedro, el Santo Padre Juan Pablo II manifestó su interés y deseo de ir a su tierra natal, Polonia, el 8 de Mayo próximo (1979), para celebrar allí el nonagésimo primer (91º) aniversario del martirio de San Estanislao, obispo de Cracovia.

El 8 de diciembre de 1978 (día en que celebramos la Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María); a través de una Revelación Privada, Nuestra Señora pidió que se rezaran Rosarios continuos durante siete días y siete noches, en la Abadía de Czestochowa, desde el 1° al 7 de mayo de 1979, a fin de que el Papa Juan Pablo II pudiera realizar ese viaje.

En todas las oraciones se pedía la intercesión de la Santísima Virgen María para que desaparecieran todos los obstáculos que se habían estado presentando para impedir la realización de ese viaje, y se pedía al mismo tiempo que aquella visita fuese muy fructífera.

Es necesario recordar que en aquel tiempo el gobierno polaco estaba en manos del partido comunista, que naturalmente no estaba dispuesto a aceptar la llegada de Juan Pablo II al país, porque a su entender, eso podía perjudicar la difusión del ateísmo, que es una de las bases de la ideología comunista.

Aunque el Obispo de Czestochowa (Mons. Stefan Barela) y su Vicario General habían aprobado la forma de Oración señalada por la Virgen, el entonces rector de la abadía sugirió adelantar la fecha, porque le parecía que estaba demasiado cercana a la que se había previsto para el viaje papal. (Pensaba que estarían muy “sobre la fecha” del viaje pontificio, y seguramente quería que se hicieran las oraciones con tiempo).

Ante esa observación, el fundador y presidente de la Legón de María en Polonia, Sr. Anatol Kaszczuk, le respondió en fe que Nuestra Santísima Madre no podía equivocarse, y que si no se hacia en la fecha indicada por Ella, pues entonces era mejor que no se hiciera, por lo cual el rector tuvo que retractarse y acceder a que se realizase en las fechas indicadas.

Fue así como se comenzó el 1° de mayo de 1979 con la Adoración al Santísimo, la realización de Eucaristías y el rezo del Santo Rosario durante 7 días con sus noches, para finalizar el 7 de mayo.

Diariamente hubo la celebración de varias misas, adoraciones al Santísimo Sacramento y rezo del Santo Rosario ante el Sagrario, con el Señor expuesto. Hubo también muchos cantos de alabanza y meditaciones frente al Santísimo.“A estas oraciones maravillosas, Rosarios en su mayoría, les llamamos ‘SITIO DE JERICÓ’, que se realizan con el Santísimo Sacramento expuesto –expresaba el Señor Kaszczuk al referir su experiencia—.

Teníamos la seguridad de que estábamos destruyendo los muros de tinieblas de Satanás y que estábamos pasando sobre las murallas del Jericó del infierno; estábamos ciertos de estar peleando contra los príncipes de las tinieblas, así de grande era la fe con que hacíamos nuestras oraciones y meditaciones…”

Cuentan los testigos y promotores actuales de esta forma de oración que al día siguiente de que se inició el primer “Sitio de Jericó”, Monseñor Zbigniew Kraszewski, obispo auxiliar de la Comisión Mariana del Episcopado Polaco, fue informado por las autoridades del régimen comunista que se le autorizaría al Papa Juan Pablo II su visita a Polonia, “pero con algunas restricciones”.

(Nuevamente en fe) El Obispo les contestó valiente y arriesgadamente que cualquier restricción en el viaje papal a Polonia sería una humillación para la Iglesia en su conjunto, y que en tales condiciones, la visita no se realizaría. El 7 de mayo, que era el último día del sitio, el gobierno polaco dio marcha atrás y autorizó la visita del Papa Juan Pablo “sin restricción alguna”.

Los polacos atribuyeron ese triunfo de la fe directamente al “Sito de Jericó” que se realizaba, y desde entonces ese conjunto de prácticas devocionales se fue difundiendo con muchos testimonios de éxito a través del mundo.

Todos fuimos testigos de los frutos que comenzaron a verse con aquel viaje. Allí comenzó, entre otras cosas, la caída del régimen comunista. Allí fue donde Juan Pablo II levantó el estandarte en alto y dijo: “Se ha iniciado una Nueva Evangelización…”

CÓMO SE HACE Y QUÉ ES LO QUE HAY QUE HACER EN EL SITIO DE JERICÓ (INSTRUCCIONES Y RECOMENDACIONES PRÁCTICAS)

El Sitio de Jericó, bien llevado adelante, consiste en la Adoración al Santísimo Sacramento durante 7 días y 7 noches seguidas, las 24 horas del día.

Allí se pueden alternar momentos de oración contemplativa, meditación, alabanza, lectura meditada, el rezo del Santo Rosario, del Vía Crucis, etcétera. (Adjuntamos lecturas bíblicas adecuadas, que convine leer/estudiar en estos días, y que pueden perfectamente leerse en las meditaciones frente al Señor Sacramentado , favor de ir al punto   VI de este documento).

Se establecen turnos, con el fin de realizar Oración de manera continua e ininterrumpida, para poder derribar y destruir cualquier muralla, cerco, obstáculo o impedimento que el maligno haya levantado o esté tratando de erigir, y que vaya en contra de lo que Dios quiere de nosotros y para nosotros.

Se busca la intercesión de la Santísima Virgen María para que Ella rompa las cadenas del pecado y combata eficazmente, junto a San Miguel Arcángel y las Milicias Celestiales, contra el poder que ejerce o pretende ejercer el enemigo sobre los hijos de Dios Altísimo.

Es conveniente que en cada turno de adoración y oración haya al menos dos personas inscritas, de tal manera que si una de ellas falla, a causa de algún inconveniente imprevisto, la oración no se tenga que ver interrumpida.

La celebración diaria de la Santa Misa con las intenciones del “Sitio de Jericó” es muy importante, y es conveniente que, de ser posible, asistan a ella todas las personas que participarán del “sitio”.

Conscientes de que no en todos los Centros Locales de nuestro Apostolado contaremos con la cantidad necesaria de personas, para poder cubrir los turnos de adoración y oración necesarios, buscaremos la forma de suplir estas carencias de diversas maneras, según nos inspire el Espíritu Santo.

Entre las distintas posibilidades de subsanar el problema de falta de voluntarios para cubrir los turnos, la primera de ellas es la de ampliar esta convocatoria, promoviendo la participación en este “Cerco de Jericó” de personas que no pertenezcan al ANE: miembros de otros Apostolados amigos, feligreses de las parroquias en las que trabajamos, etcétera.

También se podría sortear esta dificultad estableciendo turnos diarios de doce horas (o de las que objetivamente se pueda cumplir), en vez de hacerlos de veinticuatro.

Otro problema con el cual también se podrían enfrentar los Centros Locales del ANE donde no tenemos oratorio o capilla, sería el de encontrar el lugar adecuado para llevar adelante esta iniciativa. En tales casos, lo más conveniente será buscar alguna Capilla en la cual se realice Adoración Perpetua, (o el Sagrario de alguna Parroquia) para poder utilizarla con este propósito.

Con el fin de sortear ambos obstáculos (el de la falta de una capilla y el de la falta de personas para cubrir los turnos de adoración), se podrían organizar turnos de oración, como ser el Rezo del Santo Rosario en las casas de las personas que puedan colaborar con la realización del “sitio”; para lo cual convendrá también establecer las “cadenas de oración”, coordinando bien los horarios.

Los ayunos por día y otros pequeños sacrificios y mortificaciones, también organizados por turnos, además de complementar las jornadas de adoración y oración ya establecidos, podrían ayudar a suplir las carencias de gente y espacio que pudieran presentarse.

INTENCIONES DE NUESTRO “SITIO DE JERICÓ” 2024:

Por el Santo Padre, por todos los sacerdotes, religiosos y religiosas, pidiendo al Señor que les fortalezca, bendiga y reconforte con Su Santo Espíritu. Pedimos en especial por los Obispos, presbíteros, religiosos y religiosas que apoyan a nuestro Apostolado en el mundo.

Por las próximas elecciones en México, para que con la intercesión de María de Guadalupe, el Espíritu Santo se derrame en abundancia sobre la población,  y ésta concurra masivamente con ese espíritu a las urnas, para que nuestro Señor le conceda al país la pervivencia de sus instituciones y la libración de cualquier forma de autoritarismo y/o autocracia.

Por la unidad y santificación de las familias, en particular de aquellas que se encuentran en problemas.

Por todos los jóvenes y por su conversión. Por los niños, para que crezcan sanos espiritualmente.

Por la Paz en el mundo entero, y por la promoción de la “Cultura de la Vida”, frente a toda la legislación que promueve la muerte (iniciativas en favor del aborto y/o la eutanasia, de la legalización de los matrimonios homosexuales y su presunto “derecho” a la adopción, de la manipulación genética y las pruebas con embriones humanos, etc.)

Por la conversión del mundo y el triunfo de los Sagrados Corazones.

Por el ANE y todos los movimientos y asociaciones de seglares en el mundo, para que Dios les conceda santas y fructíferas vocaciones laicales.

– Por nuestros fundadores, su salud y sus intenciones personales.

– Por el Instituto Stella Maris; pidiendo la conversión y bendiciones para cada uno de sus integrantes y bienhechores, y santas nuevas vocaciones religiosas.

Por las necesidades personales, familiares y comunitarias de todas las personas que participen de este “Sitio de Jericó”.

Por la caída del cerco que están armando las ideologías anticristianas en todo el mundo.

Pueden añadirse otras intenciones comunitarias y/o personales.

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